No entiendo porqué tanta crítica a los cuerpos hegemónicos. Envidiosos. Pero como yo también soy un resentido, voy a cagar:
Echo en falta películas de gordos y gordas emparejados con hombres y mujeres con cuerpos perfectamente esculpidos.
Está bien que la actriz que encarna a la sirenita Ariel en el live action, sea negra, pero además debería ser gorda, con un peinado afro y con los sobacos peludos.
El sistema ofrece una imagen demasiado cuadriculada de la belleza y la perfección; esta última no existe, y la primera, dicen, es subjetiva. Más diversidad en el cine y la televisión, por favor. En la literatura y las artes plásticas. En la música y la danza.
Pero no lo hagamos al modo de los progres, seamos fascistas.
OK.
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