“Muchacha” es la palabra más bonita de nuestro idioma. “Muchacha” es una palabra melódica. Me gusta cómo se desliza por mi boca hasta los oídos de una joven. “¡Muchacha, muchachita!”, la llamo, pero no me oye. Se aleja con sus piernas de muchacha, sus caderas de muchacha y su cabello de muchacha. Muchacha de manos simples y dedos largos, manos para piano. ¡Me gustaría ser un piano!
La muchacha se aleja, y yo voy tras ella convertido en viento susurrante: “Muchacha, muchachita, ¿por qué vas tan deprisa?”.
Una nueva definición que le da vida a una palabra que reposa y que poco se usa.
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